El exquisito mecanismo esqueleto del modelo Métiers d’Art Mécaniques Ajourées constituye una reinterpretación contemporánea del arte ancestral del grabado artesanal, y lo enaltece otra artesanía en la que la manufactura Vacheron Constantin ha destacado desde siempre: el esmalte grand feu. Haciendo gala una vez más de su extraordinaria pericia, los artesanos esmaltadores de la casa han coronado el calibre con un anillo. Se trata de un trabajo meticuloso que requiere un gran virtuosismo, ya que, dada la forma circular del anillo de esmalte, el riesgo de deformación es considerable. Esta arriesgada tarea se ha ejecutado de manera brillante, a pesar de que planteaba otra dificultad: conseguir un negro opaco e intenso, uno de los tonos más difíciles de lograr con el esmalte grand feu. La dificultad del reto radica en que, cuanto más oscuro es el color, más evidencia la luz las imperfecciones, incluso las más insignificantes. Para captar toda la belleza del negro, el maestro esmaltador ha tenido que crear una superficie totalmente lisa y uniforme a fin de evitar que se formen burbujas no deseadas durante las sucesivas cocciones del esmalte.
En el anillo de esmalte, disponible en negro, azul y gris, destacan los números romanos, que recuerdan los de los relojes centrales de las grandes estaciones de trenes europeas de finales del siglo XIX, en armonía con los motivos arquitectónicos grabados en el calibre.
El modelo Métiers d’Art Mécaniques Ajourées de alta relojería incorpora otra artesanía a esta fascinante obra: el engaste de piedras preciosas. Cuarenta y dos diamantes talla baguette iluminan el bisel, y doce son los que se han engastado en el cierre de la correa de piel de
aligátor cosida a mano y con acabado artesanal. El reloj lleva cincuenta y cuatro diamantes talla baguette engastados de aproximadamente 2,80 quilates en total.