
Foto © Urwerk S.A.
Todo indica que estamos en un periodo histórico de transición, un momento clave que nos llevará a una nueva etapa por recorrer. Para esos 100, 200 y hasta mil años que vienen, Urwerk creó un guardatiempos muy especial. UR-1001 Zeit Device registra, en su estructura de acero y titanio, cada instante de ese camino. Desde los albores de la civilización, los medidores de tiempo han sido esenciales para cada época y cultura. Hace seis mil años, las sombras de los obeliscos indicaban el paso de las horas en la ciudad sumeria de Ur, así como en la antigua Grecia –hace dos mil años– se utilizaba el mecanismo conocido como Antikythera para calcular la posición del sol, la luna y los planetas. Hoy, en pleno tercer milenio, UR-1001 Zeit Device viene a definir un nuevo modo de concebir horas, minutos y segundos.
De la marca suiza Urwerk, fundada en 1997 por Martin Frei, Felix y Thomas Baumgartner, este reloj encarna los valores del atelier concentrado en el diseño y manufactura de piezas de alta relojería que combinan tradición y futurismo, con equilibrio y un refinado sentido estético.
UR-1001 hace justicia, con sus complicaciones e indicaciones, a un universo medido en billones de años. Con una caja que parece esculpida en un bloque de metal sólido, registra el paso del tiempo en segundos, minutos, horas, día/noche, fecha, mes, año, hasta en un milenio. Todo en dos pequeños diales.
En acero tratado y con elementos de titanio (AlTiN), este ejemplar robusto y de aspecto indestructible constituye una edición limitada de ocho piezas, donde los satélites, carruseles y cometas se hacen cargo de minutos retrógrados y una reserva de marcha de 39 horas, entre otros. Por el revés y bajo una cubierta protectora, se revela el universo alternativo de complicaciones que ponen en movimiento a este singular exponente de la casa suiza.