Por Gabriela C. Guerschanik Fotos Gentileza Simonetta Orsini En plena Recoleta irrumpe este concepto que congrega –principalmente– a las CASAS RELOJERAS de mayor renombre mundial. Con una tradición en relojería y joyería que se remonta a 1920, la connotada boutique Simonetta Orsini, junto con Jean Pierre Joyeros, están complacidos con el recibimiento que ha tenido, hace poco más de una año, su proyecto en la zona más elegante de la capital trasandina: el señorial barrio de la Recoleta. Allí, en medio de avenidas arboladas, edificios con aires parisinos y tiendas de Lujo como las boutiques Montblanc y Louis Vuitton, entre otras, se yergue Petit Palais, perfecta encarnación de la tan mentada “experiencia del Lujo”. “Los clientes han quedado impactados con la apertura de Petit Palais, porque es un lugar único en su tipo tanto en América Latina como en el mundo. Aunque estaban muy acostumbrados a comprar en nuestra boutique, muchos prefieren ahora este nuevo lugar porque es más grande, reúne mayor cantidad de marcas y pueden también encontrar allí espacios privados donde hacer sus compras tranquilamente”, asegura Martín De Leeuw, Presidente de Simonetta Orsini y Director del Petit Palais. Ubicado en un edificio histórico construido en 1926, Petit Palais consta de cinco plantas que suman 800 m2. Allí se congrega lo más granado de la relojería mundial. En su planta baja se encuentran las boutiques Jaeger-LeCoultre e IWC, y el corner VIP Audemars Piguet. En el primer piso, en tanto, los corners de Chopard, A. Lange & Söhne y Vacheron Constantin constituyen la delicia de los eruditos. Luego, en el segundo piso, un amplio espacio multimarca da cabida a Hublot, Ulysse Nardin y Roger Dubuis, así como a los displays de Baume & Mercier, F.P. Journe, Panerai, Graham, Greubel Forsey, entre otras casas estrechamente ligadas a Simonetta Orsini. Y para un momento de placer y distensión, en el tercer piso se encuentra el Cigar Club Cohiba Atmosphere Buenos Aires, concepto Premium de la empresa Habanos, ideal para disfrutar los más exquisitos puros cubanos. “Creo que la clave por la que nuestros clientes privilegian el Petit Palais para sus compras es el servicio. Ellos se sienten muy cómodos porque son atendidos de acuerdo a sus necesidades personales. Nos hemos preocupado de mantener siempre un ambiente cálido y relajado. Asimismo, nuestros clientes ven que la oferta de relojes es realmente amplia y que pueden elegir presencialmente y no a través de catálogos. Eso es un gran plus”, explica De Leeuw. El responsable del edificio de líneas clásicas que alberga este lujoso espacio fue el reconocido arquitecto y artista plástico noruego Alejandro Christophersen, a cuyo cargo estuvieron algunas de las más destacadas obras bonaerenses de principios del siglo pasado. En lo que respecta a la remodelación, ésta quedó en manos del argentino Gustavo Gontovnikas. “Otro punto interesante es que este lugar contempla un amplio rango de marcas, desde algunas relativamente económicas hasta las más caras, así como también accesorios Chopard, carteras de marcas internacionales y un club privado de fumadores al que cualquiera puede entrar a comprar habanos y tabaco cubano”, finaliza el Director del Petit Palais. |
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