Foto: Gentileza Gevril
Tras la marca Gevril se encuentran siglos de historia y tradición, caracterizados por una minuciosa manufactura, la preferencia de monarcas europeos y un sello de belleza y distinción.
Varios son los hitos que han marcado la historia de los relojes de Lujo Gevril, pero sin duda el que consagró su nombre y catapultó su fama, hacia el resto de la esfera europea, fue un pedido personal del Rey de España, en 1758, que convirtió a la firma en la primera en exportar piezas de relojería fuera de las fronteras de Suiza. De ahí en más, la tarea de los fabricantes se ha centrado en consolidar una tradición que llega hasta nuestros tiempos y cuyo estilo y elegancia han sido favorecidos con la predilección de celebridades reconocidas por su glamour.
Anne Hathaway, Jennifer Love Hewitt y Nicollette Sheridan son algunas de las personalidades que ostentan en sus muñecas siglos de tradición. Y es que la historia de la marca se remonta al siglo XVIII, cuando Jacques Gevril –nacido en la ciudad suiza de La Chaux-de-Fonds– comenzó a confeccionar sus primeras piezas, ganando inmediata reputación por la minuciosa manufactura, elegancia y precisión de las mismas.
PURO GLAMOUR
Actualmente, la marca cuenta con cuatro colecciones principales: Avenue of Americas Glamour Collection, Avenue of Americas Men’s Collection, Avenue of Americas Mini Collection, y Avenue of Americas Serenade Collection. La primera de ellas –esencialmente femenina–, integra innovación tecnológica con elegancia y sofisticación, poniendo el acento en el diseño y en la incorporación de diamantes de diferentes quilates alrededor de la esfera. Todo para realzar el colorido del nácar en el centro del dial, en cuatro sutiles tonalidades. A esto hay que sumar su carácter exclusivo: sólo se fabrican 100 ejemplares de cada modelo.
La última colección añadida a la serie, Mini Collection, incluye relojes de tamaño pequeño y líneas puras que, en el centro del dial, tienen nácar en diferentes tonalidades, acero inoxidable o bien oro rosado, y vienen con correa de cuero de cocodrilo de Louisiana. Algunos modelos, verdaderas piezas de joyería, incluyen también diamantes en torno a la esfera rectangular. Hechos a mano y con apenas 500 ejemplares por modelo, parecen confirmar aquella máxima que reza que las cosas buenas vienen en envase pequeño.