Por Gabriela C. Guerschanik
Fotos Gentileza Hotel Club Francés
Fotos Gentileza Hotel Club Francés
En el mes de diciembre pasado abrió sus puertas, en el barrio de Recoleta, el Hotel Club Francés, con una historia y un presente que ameritan, después de una lectura, una inminente visita. Pasear por el barrio de la Recoleta en Buenos Aires es siempre, sin importar la frecuencia, una experiencia que ilumina nuestros sentidos. La arquitectura, sus veredas, su gente, las nuevas propuestas, todo se conjuga para atrapar, incluso, a quienes sabemos que algo grato descubriremos. Y aunque atenta y expectante, como cada vez que viajo a Buenos Aires y recorro las calles de este clásico y bien conservado barrio porteño, la sorpresa fue fascinante. |
| Es clásico transitar la calle Rodríguez Peña y cruzarse con gente elegante, y fácil acertar que posiblemente fueran a entrar al Club Francés, un edificio clásico de pocos pisos que, en general, era un lugar reservado a los socios miembros de la comunidad gala en Argentina, y aunque su restaurante estaba, y sigue estando, abierto al público, personalmente nunca había entrado. Pero esta vez la clásica placa de mármol no decía Club Francés como en otros tiempos, sino “Hotel” Club Francés, y ese cambio despertó mi atención y decidí entrar. Desde el idioma de quien me recibió hasta el mobiliario, inmediatamente me sentí de viaje por París. Entonces conocí a Guillermo y a María Cristina, padre e hija que están al frente de un proyecto familiar al que llegaron luego de una larga y exitosa trayectoria en la alta hotelería. Decidimos entonces con Alejandro pasar unos días en el recién inaugurado Hotel, donde disfrutamos, además, de charlas maravillosas con Guillermo sobre la historia de esta institución, más antigua, incluso, que la propia Embajada en Argentina, o la Cámara de Comercio, ambas creadas posteriormente que el propio Club Francés. |
UN SIGLO Y MEDIO DE HISTORIA
Sinónimo de tradición, con más de 146 años de vida, este lugar es donde históricamente se ha reunido el pueblo francés residente en Argentina, así como también sus descendientes. Y no solo eso. Innumerables visitas de franceses ilustres y destacadas personalidades, desde Presidentes de la República hasta connotados científicos y escritores, han marcado su vida. Aunque obtuviera su personería jurídica en 1866, el nacimiento de este Club se remonta a muchos años atrás, cuando el pueblo franco-argentino se reunía habitualmente en el legendario Café Malakoff, en el barrio de Monserrat. En ese entonces, el círculo lo componían importantes hombres que de una u otra forma contribuyeron en distintos polos de desarrollo de Argentina, como el arquitecto que construyó la Basílica de Luján, Ulric Courtois; el doctor y director del Hospital Francés, Miguel Laphitzondo; el doctor fundador de la Alianza Francesa en Argentina, Francis Simón; el doctor y presidente de la Academia Nacional de Medicina, Joseph Linieres; el arquitecto, director de Parques y Paseos de la Ciudad de Buenos Aires y creador del Jardín Botánico y los Parques de Palermo, Charles Thays; el historiador, periodista y director de la Biblioteca Nacional, Paul Groussac; entre muchos otros. Pero en esos años, el Club Francés no solo brillaba por sus miembros activos, cuya principal motivación era que la cultura de Francia se mantuviera viva en Argentina. Renombrados personajes de la historia francesa que visitaron el país, estuvieron en este lugar. Antoine de Saint Exupery, Georges Clemenceau, Jean-Matin Charcot, Eduardo VIII, Adrienne Bolland, Jean Mermoz, Anatole France, engrosan la lista de ilustres que han visitado este círculo bicultural.
Uno de los hechos que más ha marcado a esta institución fue cuando, el 9 de mayo de 2003, el Club Francés participó como miembro fundador del Club Europeo. Sin embargo, fue en 1941 cuando la atmósfera del Club Francés se tornó aún más francesa, luego de cambiarse a su actual ubicación: un edificio de estilo galo ubicado en el barrio de Recoleta, que anteriormente perteneciera a la familia Vázquez Mansilla y que fuera especialmente restaurado para dar vida a este lugar de reunión.
La tradición y la historia continúan hoy
Rescatando la elegancia y el buen gusto francés, que desde sus inicios han desbordado sus salones, el Hotel Club Francés guarda todas estas historias.
Con 28 habitaciones, este hotel boutique, declarado de Interés Nacional, Cultural y Turístico por el gobierno argentino, permite que los pasajeros se deleiten con cada detalle de su decoración, en donde se ha rescatado cuidadosamente la esencia de los años en que comenzó el Club Francés, con objetos de la época, como sitiales, sillones, mesas y exclusivas obras de arte francesas restauradas. Las comodidades también son uno de los mejores atributos. Ejemplo de ello son sus dos suites de Lujo, pues cada una consta de tina de hidromasajes y sauna. El hotel cuenta además con solárium, sala de esgrima con tres pedanas, gimnasio, sauna, duchas finlandesas y spa, business center, restaurante, salón de té y bar. Alberga también cuatro salones para eventos, en los que muy recientemente se han llevado a cabo importantes acontecimientos como el concierto de cello de la Embajada de Austria, entre otros.
El Hotel Club Francés es una joya de la nueva hotelería argentina, donde se conjuga historia, arte, cultura, gastronomía y excelente servicio para dar lugar a una experiencia que hará de Buenos Aires, un destino aún más anhelado que lo habitual.
Sinónimo de tradición, con más de 146 años de vida, este lugar es donde históricamente se ha reunido el pueblo francés residente en Argentina, así como también sus descendientes. Y no solo eso. Innumerables visitas de franceses ilustres y destacadas personalidades, desde Presidentes de la República hasta connotados científicos y escritores, han marcado su vida. Aunque obtuviera su personería jurídica en 1866, el nacimiento de este Club se remonta a muchos años atrás, cuando el pueblo franco-argentino se reunía habitualmente en el legendario Café Malakoff, en el barrio de Monserrat. En ese entonces, el círculo lo componían importantes hombres que de una u otra forma contribuyeron en distintos polos de desarrollo de Argentina, como el arquitecto que construyó la Basílica de Luján, Ulric Courtois; el doctor y director del Hospital Francés, Miguel Laphitzondo; el doctor fundador de la Alianza Francesa en Argentina, Francis Simón; el doctor y presidente de la Academia Nacional de Medicina, Joseph Linieres; el arquitecto, director de Parques y Paseos de la Ciudad de Buenos Aires y creador del Jardín Botánico y los Parques de Palermo, Charles Thays; el historiador, periodista y director de la Biblioteca Nacional, Paul Groussac; entre muchos otros. Pero en esos años, el Club Francés no solo brillaba por sus miembros activos, cuya principal motivación era que la cultura de Francia se mantuviera viva en Argentina. Renombrados personajes de la historia francesa que visitaron el país, estuvieron en este lugar. Antoine de Saint Exupery, Georges Clemenceau, Jean-Matin Charcot, Eduardo VIII, Adrienne Bolland, Jean Mermoz, Anatole France, engrosan la lista de ilustres que han visitado este círculo bicultural.
Uno de los hechos que más ha marcado a esta institución fue cuando, el 9 de mayo de 2003, el Club Francés participó como miembro fundador del Club Europeo. Sin embargo, fue en 1941 cuando la atmósfera del Club Francés se tornó aún más francesa, luego de cambiarse a su actual ubicación: un edificio de estilo galo ubicado en el barrio de Recoleta, que anteriormente perteneciera a la familia Vázquez Mansilla y que fuera especialmente restaurado para dar vida a este lugar de reunión.
La tradición y la historia continúan hoy
Rescatando la elegancia y el buen gusto francés, que desde sus inicios han desbordado sus salones, el Hotel Club Francés guarda todas estas historias.
Con 28 habitaciones, este hotel boutique, declarado de Interés Nacional, Cultural y Turístico por el gobierno argentino, permite que los pasajeros se deleiten con cada detalle de su decoración, en donde se ha rescatado cuidadosamente la esencia de los años en que comenzó el Club Francés, con objetos de la época, como sitiales, sillones, mesas y exclusivas obras de arte francesas restauradas. Las comodidades también son uno de los mejores atributos. Ejemplo de ello son sus dos suites de Lujo, pues cada una consta de tina de hidromasajes y sauna. El hotel cuenta además con solárium, sala de esgrima con tres pedanas, gimnasio, sauna, duchas finlandesas y spa, business center, restaurante, salón de té y bar. Alberga también cuatro salones para eventos, en los que muy recientemente se han llevado a cabo importantes acontecimientos como el concierto de cello de la Embajada de Austria, entre otros.
El Hotel Club Francés es una joya de la nueva hotelería argentina, donde se conjuga historia, arte, cultura, gastronomía y excelente servicio para dar lugar a una experiencia que hará de Buenos Aires, un destino aún más anhelado que lo habitual.