Por Debbie Gaulin
Fotos Gentileza The Carlyle Rosewood Hotel
Emplazado en el mejor lugar de la ciudad, a pasos del Central Park, en la esquina de la 76th Street y Madison Avenue, este hotel es todo un clásico.
Fotos Gentileza The Carlyle Rosewood Hotel
Emplazado en el mejor lugar de la ciudad, a pasos del Central Park, en la esquina de la 76th Street y Madison Avenue, este hotel es todo un clásico.
Hospedarse en The Carlyle Rosewood Hotel, es como estar viviendo en una película clásica de los años 30, donde la elegancia y sofisticación de New York se respiran a cada paso, y con todas las comodidades del siglo XXI.
Un lugar discreto y lleno de historia donde, desde 1930, se han hospedado diversas estrellas del espectáculo y personalidades del mundo político y social, así como viajeros de gustos exigentes.
Para comenzar, uno de sus atributos inigualables es su ubicación privilegiada: en el corazón de Manhattan, en la esquina de la 76th Street y Madison Avenue, a solo una cuadra del Central Park y muy cerca de la Quinta Avenida. Después, todo lo que sigue en The Carlyle es supremo.
Su fachada, un rascacielos de arquitectura art decó, se encuadra de manera sutil y armónica en este entorno inigualable.
Con 35 pisos y 188 habitaciones, sus instalaciones son confortables, acogedoras, elegantes, espaciosas y con vistas al exclusivo vecindario en que está emplazado. Una de las más espectaculares es la Central Park Tower Suite, de 365 m², con piano de cola, cocina, comedor y vestidor. Todo coronado con una maravillosa vista al Central Park. Las más lujosas duplican este tamaño e incluyen colecciones completas de obras de arte en su decoración.
Un lugar discreto y lleno de historia donde, desde 1930, se han hospedado diversas estrellas del espectáculo y personalidades del mundo político y social, así como viajeros de gustos exigentes.
Para comenzar, uno de sus atributos inigualables es su ubicación privilegiada: en el corazón de Manhattan, en la esquina de la 76th Street y Madison Avenue, a solo una cuadra del Central Park y muy cerca de la Quinta Avenida. Después, todo lo que sigue en The Carlyle es supremo.
Su fachada, un rascacielos de arquitectura art decó, se encuadra de manera sutil y armónica en este entorno inigualable.
Con 35 pisos y 188 habitaciones, sus instalaciones son confortables, acogedoras, elegantes, espaciosas y con vistas al exclusivo vecindario en que está emplazado. Una de las más espectaculares es la Central Park Tower Suite, de 365 m², con piano de cola, cocina, comedor y vestidor. Todo coronado con una maravillosa vista al Central Park. Las más lujosas duplican este tamaño e incluyen colecciones completas de obras de arte en su decoración.
Pero si los detalles, la elegancia y lo acogedor que resulta el hotel no es suficiente, el spa puede mejorar aún más el paso por The Carlyle, ya que con productos de alta gama y variados tratamientos de belleza y relajación, se han preocupado porque la experiencia sea tan deslumbrante como la estadía en sus habitaciones.
Y su restaurante no podía ser menor. The Carlyle Restaurante es el favorito de la alta sociedad neoyorkina, con una cocina francesa refinada y bien lograda, a cargo del chef ejecutivo Jacques Sorci.
The Carlyle siempre ha sido calificado como uno de los hoteles más sobresalientes de Estados Unidos. En 2011 recibió el premio al mejor hotel de New York, otorgado por la revista Condé Nast Traveler.
Y su restaurante no podía ser menor. The Carlyle Restaurante es el favorito de la alta sociedad neoyorkina, con una cocina francesa refinada y bien lograda, a cargo del chef ejecutivo Jacques Sorci.
The Carlyle siempre ha sido calificado como uno de los hoteles más sobresalientes de Estados Unidos. En 2011 recibió el premio al mejor hotel de New York, otorgado por la revista Condé Nast Traveler.