Por Debbie Gaulin
Fotos © Voyages Hotels & Resorts
Una experiencia de Lujo y mística en el interior australiano.
Uluru es el nombre con el que los aborígenes australianos denominaron a lo que más tarde los blancos llamaron Ayers Rock, una montaña de arenisca de 318 metros de alto y 8 kilómetros de perímetro, situada en medio de una inmensa llanura al suroeste de Alice Springs, uno de los destinos más atractivos de Oceanía.
Uluru y sus alrededores había sido por siempre una región sagrada ocupada por los pueblos Anangu, hasta que la colonización blanca los despojó de sus tierras. En un hito histórico, en 1985, las autoridades australianas devolvieron la propiedad del lugar a los aborígenes. Conocido desde entonces como Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, en 1987 se ha ganado el reconocimiento de Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El color rojizo de esta montaña hace que cada hora del día refleje el sol de una manera diferente, transformándose en un espectáculo sorprendente de matices multicolores. Y nada mejor para apreciar todo el esplendor de este paisaje que acampar en él.
Longitude 131º es para ello la propuesta perfecta para quienes no están dispuestos a dejar de lado el máximo confort. Solo imagine ser uno de los treinta huéspedes alojados en un hotel conformado por bungalows, con forma de tienda marroquí, discretamente escondidos entre el paisaje salvaje de las tierras centrales de Australia, y disfrutando de la vista directa a la montaña Uluru. Este premiado hotel-campamento, situado sobre una duna en el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, es el más lujoso de todo el centro rojo australiano.
Claro que, el Longitude 131º, con sus tiendas de grandes ventanales, ofrece mucho más que el alojamiento con las comodidades y servicios de un hotel tradicional. Incluye un excepcional programa de excursiones y actividades culturales diarias, tanto muy temprano al amanecer como por la tarde, apoyadas por guías altamente especializados. También durante la jornada, los viajeros podrán volar en helicóptero para conocer el paisaje del Parque desde el aire, o pasear en camello, o recorrer las solitarias carreteras en motos de la mítica Harley Davidson. Y al regresar al campamento, disfrutarán del placer de una agradable cena al aire libre, con platos de la cocina contemporánea australiana, servidos en el restaurante Table 131°. Las comidas incluyen un generoso desayuno buffet o un fantástico desayuno a la carta servidos en el Dune House. La cena es particularmente un acto social, ya que se sirve en una gran mesa común para todos los huéspedes. Transcurre habitualmente al aire libre y comienza con la caída del sol, abriendo el apetito con canapés y aperitivos, en el Dune Top, y siempre disfrutando de la vista de 360° del Parque Nacional y del Monte Uluru. Finaliza con un menú de tres platos, acompañado de los más refinados vinos australianos. Si lo prefiere, puede servirse una cena privada sobre la duna o junto a la piscina.
Desde la dirección del hotel, se apuesta abiertamente por una política de respeto total al medio ambiente que incluye el control de emisiones, la eficiencia energética, la reducción y el reciclaje de residuos, el aprovechamiento del agua y la protección de la biodiversidad de la zona.
Fotos © Voyages Hotels & Resorts
Una experiencia de Lujo y mística en el interior australiano.
Uluru es el nombre con el que los aborígenes australianos denominaron a lo que más tarde los blancos llamaron Ayers Rock, una montaña de arenisca de 318 metros de alto y 8 kilómetros de perímetro, situada en medio de una inmensa llanura al suroeste de Alice Springs, uno de los destinos más atractivos de Oceanía.
Uluru y sus alrededores había sido por siempre una región sagrada ocupada por los pueblos Anangu, hasta que la colonización blanca los despojó de sus tierras. En un hito histórico, en 1985, las autoridades australianas devolvieron la propiedad del lugar a los aborígenes. Conocido desde entonces como Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, en 1987 se ha ganado el reconocimiento de Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El color rojizo de esta montaña hace que cada hora del día refleje el sol de una manera diferente, transformándose en un espectáculo sorprendente de matices multicolores. Y nada mejor para apreciar todo el esplendor de este paisaje que acampar en él.
Longitude 131º es para ello la propuesta perfecta para quienes no están dispuestos a dejar de lado el máximo confort. Solo imagine ser uno de los treinta huéspedes alojados en un hotel conformado por bungalows, con forma de tienda marroquí, discretamente escondidos entre el paisaje salvaje de las tierras centrales de Australia, y disfrutando de la vista directa a la montaña Uluru. Este premiado hotel-campamento, situado sobre una duna en el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, es el más lujoso de todo el centro rojo australiano.
Claro que, el Longitude 131º, con sus tiendas de grandes ventanales, ofrece mucho más que el alojamiento con las comodidades y servicios de un hotel tradicional. Incluye un excepcional programa de excursiones y actividades culturales diarias, tanto muy temprano al amanecer como por la tarde, apoyadas por guías altamente especializados. También durante la jornada, los viajeros podrán volar en helicóptero para conocer el paisaje del Parque desde el aire, o pasear en camello, o recorrer las solitarias carreteras en motos de la mítica Harley Davidson. Y al regresar al campamento, disfrutarán del placer de una agradable cena al aire libre, con platos de la cocina contemporánea australiana, servidos en el restaurante Table 131°. Las comidas incluyen un generoso desayuno buffet o un fantástico desayuno a la carta servidos en el Dune House. La cena es particularmente un acto social, ya que se sirve en una gran mesa común para todos los huéspedes. Transcurre habitualmente al aire libre y comienza con la caída del sol, abriendo el apetito con canapés y aperitivos, en el Dune Top, y siempre disfrutando de la vista de 360° del Parque Nacional y del Monte Uluru. Finaliza con un menú de tres platos, acompañado de los más refinados vinos australianos. Si lo prefiere, puede servirse una cena privada sobre la duna o junto a la piscina.
Desde la dirección del hotel, se apuesta abiertamente por una política de respeto total al medio ambiente que incluye el control de emisiones, la eficiencia energética, la reducción y el reciclaje de residuos, el aprovechamiento del agua y la protección de la biodiversidad de la zona.