Textos Debbie Gaulin
Fotos © Indigo Hotels & Resorts
En el paradisíaco escenario de las Islas Mauricio, a 900 kilómetros de las costas orientales de Madagascar, allí donde la naturaleza se impone con fuerza sobre el hombre, encontramos este encantador hotel de estilo colonial, perfectamente integrado al entorno. Un lugar donde lo mejor de la modernidad se fusiona con la tradición.
A los pies de las Montañas de Champagne, al sur de Mauricio, el integrante de la marina británica e irlandés de nacimiento Charles Edward Telfair decidió, en 1810, vivir su vida. La botánica era su pasión –de hecho fundó la Sociedad de Historia Natural de Mauricio-, por lo que en su propiedad de Bel Ombre pueden verse hasta el día de hoy todo tipo de especies vegetales, algunas nativas y otras introducidas por él.
Allí, en seis hectáreas de terreno generosamente verde está emplazado Le Telfair Golf & Spa Resort, un complejo turístico de estilo colonial que se enorgullece de haberse integrado al entorno de manera armónica y respetuosa. Ubicado a 35 km del aeropuerto internacional y a 40 de la capital Port Louis, todas sus construcciones siguen rigurosamente la línea arquitectónica típica de las Indias Orientales, dominadas sucesivamente por portugueses, holandeses, franceses y británicos. Incluso, la casa que perteneció a Charles Telfair, Le Château de Bel Ombre, ha sido restaurada minuciosamente para acoger a uno de los restaurantes del recinto.
Materiales como piedra y cerámica, sin dejar de lado la fina madera que recubre los interiores, crean un ambiente cálido y de época en cada una de las estancias del resort de 158 habitaciones y suites, todas con aire acondicionado, DVD/CD player y con las comodidades necesarias para una estadía perfecta, incluido mayordomo las 24 horas. No obstante, para mantener esa aura tradicional se han preservado detalles como butacas de ratán, pisos de madera y baños decorados con mosaicos. Asimismo, todas las telas del lugar son naturales, destacando el lino, seda cruda y algodón. Un Lujo para los sentidos.
Fotos © Indigo Hotels & Resorts
En el paradisíaco escenario de las Islas Mauricio, a 900 kilómetros de las costas orientales de Madagascar, allí donde la naturaleza se impone con fuerza sobre el hombre, encontramos este encantador hotel de estilo colonial, perfectamente integrado al entorno. Un lugar donde lo mejor de la modernidad se fusiona con la tradición.
A los pies de las Montañas de Champagne, al sur de Mauricio, el integrante de la marina británica e irlandés de nacimiento Charles Edward Telfair decidió, en 1810, vivir su vida. La botánica era su pasión –de hecho fundó la Sociedad de Historia Natural de Mauricio-, por lo que en su propiedad de Bel Ombre pueden verse hasta el día de hoy todo tipo de especies vegetales, algunas nativas y otras introducidas por él.
Allí, en seis hectáreas de terreno generosamente verde está emplazado Le Telfair Golf & Spa Resort, un complejo turístico de estilo colonial que se enorgullece de haberse integrado al entorno de manera armónica y respetuosa. Ubicado a 35 km del aeropuerto internacional y a 40 de la capital Port Louis, todas sus construcciones siguen rigurosamente la línea arquitectónica típica de las Indias Orientales, dominadas sucesivamente por portugueses, holandeses, franceses y británicos. Incluso, la casa que perteneció a Charles Telfair, Le Château de Bel Ombre, ha sido restaurada minuciosamente para acoger a uno de los restaurantes del recinto.
Materiales como piedra y cerámica, sin dejar de lado la fina madera que recubre los interiores, crean un ambiente cálido y de época en cada una de las estancias del resort de 158 habitaciones y suites, todas con aire acondicionado, DVD/CD player y con las comodidades necesarias para una estadía perfecta, incluido mayordomo las 24 horas. No obstante, para mantener esa aura tradicional se han preservado detalles como butacas de ratán, pisos de madera y baños decorados con mosaicos. Asimismo, todas las telas del lugar son naturales, destacando el lino, seda cruda y algodón. Un Lujo para los sentidos.
DEPORTE Y ENTRETENCIÓN
Los amantes de la naturaleza no podrán resistirse a la presencia de los ríos Citronniers y St. Martin, que recorren la propiedad y han sido integrados al panorama a través de sencillos puentes colgantes de madera. La reserva natural es un lugar perfecto para caminar, practicar mountain bike u observar la flora y fauna típica. Pero hay más. El Océano Índico y sus arrecifes coralinos permiten bucear, hacer snorkel o bien optar por deportes acuáticos como esquí, kitesurfing, windsurfing y kayaking.
Los amantes del golf no quedan excluidos de la diversión, ya que el recinto cuenta con un campo de 18 hoyos par 72, Le Golf du Château, y otro de nueve hoyos par 27, emplazados donde alguna vez estuvieron las plantaciones de azúcar de Telfair. El responsable del diseño es el sudafricano Peter Matkovitch, de Matkovitch & Hayes.
A los más fanáticos se les aconseja venir de Mayo a Noviembre, cuando el clima no es tan caluroso y pueden disfrutar verdaderamente del juego y las ondulaciones del terreno.
Quienes se están preguntando por la gastronomía deben saber que el resort cuenta con cinco restaurantes especializados en cocina creole o criolla, con fuerte influencia africana, francesa, inglesa, china, india y árabe, entre otras. Cavendish Bar, para un infaltable bajativo después de comer, ofrece una inigualable vista al río.
Y para terminar la jornada, nada como el Six Senses Spa, especializado en terapias holísticas para el bienestar de mente, cuerpo y espíritu.
Los amantes de la naturaleza no podrán resistirse a la presencia de los ríos Citronniers y St. Martin, que recorren la propiedad y han sido integrados al panorama a través de sencillos puentes colgantes de madera. La reserva natural es un lugar perfecto para caminar, practicar mountain bike u observar la flora y fauna típica. Pero hay más. El Océano Índico y sus arrecifes coralinos permiten bucear, hacer snorkel o bien optar por deportes acuáticos como esquí, kitesurfing, windsurfing y kayaking.
Los amantes del golf no quedan excluidos de la diversión, ya que el recinto cuenta con un campo de 18 hoyos par 72, Le Golf du Château, y otro de nueve hoyos par 27, emplazados donde alguna vez estuvieron las plantaciones de azúcar de Telfair. El responsable del diseño es el sudafricano Peter Matkovitch, de Matkovitch & Hayes.
A los más fanáticos se les aconseja venir de Mayo a Noviembre, cuando el clima no es tan caluroso y pueden disfrutar verdaderamente del juego y las ondulaciones del terreno.
Quienes se están preguntando por la gastronomía deben saber que el resort cuenta con cinco restaurantes especializados en cocina creole o criolla, con fuerte influencia africana, francesa, inglesa, china, india y árabe, entre otras. Cavendish Bar, para un infaltable bajativo después de comer, ofrece una inigualable vista al río.
Y para terminar la jornada, nada como el Six Senses Spa, especializado en terapias holísticas para el bienestar de mente, cuerpo y espíritu.