Por Claudia Aliaga L.
Fotos © Alejandro F. Fígola
La extensión de los viñedos y la generosidad de su naturaleza, atraen a los amantes del vino hasta la Bodega Clos Apalta, de Viña Lapostolle, donde su exquisito hotel boutique Lapostolle Residence, resulta una apuesta segura para recuerdos memorables.
En el frondoso escenario que ofrece la vegetación típica de la zona de Santa Cruz, a menos de dos horas en auto desde la ciudad de Santiago, se ubica el enigmático hotel boutique de Bodega Clos Apalta: Lapostolle Residence. Este grato lugar, que forma parte de la cadena Relais & Châteaux, fue escogido como “el mejor hotel boutique de Chile” según World Travel Awards, y encierra en sus instalaciones una experiencia de confort cargada de detalles que deleitan. Desde lo alto de estos cerros, se divisan las casi 200 hectáreas de viñedos con que Apalta adorna un paisaje exuberante. La sola experiencia de contemplar esta vista puede ser el inicio de un fin de semana para recordar.
El lugar, de una tranquilidad en armonía con su entorno, cuenta con una casa de huéspedes que ofrece comedores, terrazas, piscina y salas de degustación, que los visitantes disfrutan en completa calma. Todos sus ambientes están finamente decorados, combinando antigüedades europeas y piezas indígenas. La amplia terraza conduce a la piscina que, desde la cima, invita a relajarse en las calurosas tardes de sol, degustando fríos vinos blancos o rosé.
CASITAS DE ENSUEÑO
En este amplio paisaje se ubican cuatro “casitas” que llevan los nombres de las mismas variedades de uvas que conforman la mezcla del vino icono de Lapostolle, Clos Apalta. Así, las casitas son: Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Merlot y Carmenère. En ellas se hospedan los visitantes, amantes del vino y la naturaleza, que llegan de todo el mundo y en toda época del año. Por lo mismo, Lapostolle Residence se ha convertido en una alternativa sumamente interesante para que el empresariado local invite a pasar unos días agradables a sus socios comerciales o clientes del exterior.
Fotos © Alejandro F. Fígola
La extensión de los viñedos y la generosidad de su naturaleza, atraen a los amantes del vino hasta la Bodega Clos Apalta, de Viña Lapostolle, donde su exquisito hotel boutique Lapostolle Residence, resulta una apuesta segura para recuerdos memorables.
En el frondoso escenario que ofrece la vegetación típica de la zona de Santa Cruz, a menos de dos horas en auto desde la ciudad de Santiago, se ubica el enigmático hotel boutique de Bodega Clos Apalta: Lapostolle Residence. Este grato lugar, que forma parte de la cadena Relais & Châteaux, fue escogido como “el mejor hotel boutique de Chile” según World Travel Awards, y encierra en sus instalaciones una experiencia de confort cargada de detalles que deleitan. Desde lo alto de estos cerros, se divisan las casi 200 hectáreas de viñedos con que Apalta adorna un paisaje exuberante. La sola experiencia de contemplar esta vista puede ser el inicio de un fin de semana para recordar.
El lugar, de una tranquilidad en armonía con su entorno, cuenta con una casa de huéspedes que ofrece comedores, terrazas, piscina y salas de degustación, que los visitantes disfrutan en completa calma. Todos sus ambientes están finamente decorados, combinando antigüedades europeas y piezas indígenas. La amplia terraza conduce a la piscina que, desde la cima, invita a relajarse en las calurosas tardes de sol, degustando fríos vinos blancos o rosé.
CASITAS DE ENSUEÑO
En este amplio paisaje se ubican cuatro “casitas” que llevan los nombres de las mismas variedades de uvas que conforman la mezcla del vino icono de Lapostolle, Clos Apalta. Así, las casitas son: Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Merlot y Carmenère. En ellas se hospedan los visitantes, amantes del vino y la naturaleza, que llegan de todo el mundo y en toda época del año. Por lo mismo, Lapostolle Residence se ha convertido en una alternativa sumamente interesante para que el empresariado local invite a pasar unos días agradables a sus socios comerciales o clientes del exterior.
Totalmente aisladas y rodeadas de quillayes, boldos y maitenes, cada casita tiene una decoración y ambiente únicos. Merlot está ambientada en el romanticismo, mientras que en Petit Verdot priman los colores vibrantes y juveniles. Detalles vanguardistas definen a Carmenère, con toques turquesa y blanco perla. Cabernet Sauvignon, en cambio, es elegante y clásica. Todas cuentan con las más finas sábanas, toallas y artículos de tocador para que el visitante descanse con la mayor comodidad. Un equipo con música de alta fidelidad con una magistral selección de temas, una chimenea y mantas de pura alpaca, en cada casita, completan el escenario. Los talentosos chefs cocinan para y por los vinos de Lapostolle. Ellos recogen las hortalizas del huerto orgánico que allí mismo se cultivan. El estilo se define como una gastronomía fresca, que valora los productos estacionales, pensando siempre en el maridaje con sus vinos premium.
Además de las actividades ligadas al vino, como la visita a la bodega y degustaciones, Lapostolle Residence ofrece servicios de masajes, trekking, caminatas, cabalgatas, recorridos en bicicletas por los viñedos, y clases de cocina, entre otras actividades de esparcimiento y bienestar, que se suman para una experiencia de ensueño y armonía.
Además de las actividades ligadas al vino, como la visita a la bodega y degustaciones, Lapostolle Residence ofrece servicios de masajes, trekking, caminatas, cabalgatas, recorridos en bicicletas por los viñedos, y clases de cocina, entre otras actividades de esparcimiento y bienestar, que se suman para una experiencia de ensueño y armonía.