Por Debbie Gaulin Fotos © Jumeirah Essex House Más arriba de Manhattan, las calles y el césped del Central Park, el Jumeirah Essex House representa la elegancia de New York, la ciudad de inmortal prestigio. Su emplazamiento en el Midtown, a un paso del Central Park, lo sitúa muy cerca de los teatros de Broadway, las animaciones del Rockefeller Center y las luces del Times Square. La fachada de ladrillo marrón, adornada por 40 plantas, se eleva en el cielo y la torre ostenta orgullosa un letrero con su nombre, una de las últimas señales de altura que se conservan del renacimiento de la ciudad a mediado de los años ‘90. El vestíbulo exhibe la fina ornamentación que marcó el período de la preguerra. Un pasillo revestido en mármol se extiende desde la gran entrada del Hotel hasta la 58th Street. En las paredes se alinean varios ascensores de doradas puertas de bronce reluciente. En el salón central también se respira la sofisticada indulgencia de los años ‘20. Aunque el Essex House es parte de la historia de la ciudad, su construcción goza de un cuidado meticuloso y el servicio del Hotel es de una calidad superior, completamente actualizado con las necesidades y la tecnología de punta que exigen los huéspedes actuales. En el área gastronómica, el renombrado y muy reconocido chef francés Alain Ducasse ofrece platos innovadores en un majestuoso comedor. Las suites del Essex House están diseminadas en toda la torre entre condominios millonarios. Todas disponen de televisión por satélite, albornoz y ducha con varias salidas de agua. El servicio de habitaciones está disponible las 24 horas y tiene la delicadeza de anunciar su presencia no llamando a la puerta sino con una encantadora campanada. Sus sábanas, del más delicado algodón, convierten el sueño en un envidiable placer acompañado con almohadas de plumas y fina ropa de cama. Uno de los espacios con mayor encanto es el Journey’s Lounge, un espacio temático del año 1930 con una chimenea a leña, sillones de cuero y revestimiento de caoba. El Jumeirah Essex House es la prueba viviente de la calidad y prestigio bien sucedidos a lo largo de los años. |