
Por Debbie Gaulin
Fotos © Marco Pastori
Una intelectual de la burguesía catalana fue la antigua dueña de la casa patrimonial que hoy alberga parte de este exclusivo recinto.
Un hotel boutique de Lujo de apenas 15 habitaciones, donde el color blanco lo ilumina todo y los interiores ostentan la firma de destacadas figuras de la arquitectura y el diseño como Antoni de Moragas, Josep Riu y Beatriz Cosials. Es ABaC Restaurant Hotel Monument, que deja entrever en cada detalle la razón por la que es galardonado.
Ubicado en Sarriá-Sant Gervasi, en la zona alta de Barcelona, a solo minutos de los puntos más importantes de la ciudad, su estructura contempla dos edificios integrados en el mismo jardín. El primero de ellos, restaurado por su valor patrimonial, perteneció a Doña Madronita Andreu, intelectual de la burguesía catalana nacida a fines del siglo XIX y casada con Max Klein, quien fuera embajador de Estados Unidos en España. El otro es un moderno pabellón de cristal cubierto de celosías de madera y que se fusiona perfectamente con el verde entorno.
El hotel ofrece un servicio personalizado, habitaciones insonorizadas, decoración vanguardista, Internet inalámbrica de alta velocidad, accesorios electrónicos Bang&Olufsen, bañera jacuzzi con cromoterapia y amenities de la marca Hermès, entre otros lujos como la reciente incorporación de dispositivos iPad en las suites, con lo que marcó tendencia. Asimismo, un sistema de control de accesos de última generación, con tarjetas de proximidad, garantiza a los huéspedes mayor seguridad e intimidad.
El Spa, otra de las placenteras distracciones, dispone de dos cabinas para tratamientos; piscina-jacuzzi con hamacas subacuáticas, hammam, camilla de agua con efecto olas de mar y temperatura regulable, y un bar de jugos e infusiones.
SINFONÍA DE BLANCOS FRENTE AL JARDÍN
La gastronomía es, sin duda, el eje central del proyecto. Su restaurante, galardonado con una estrella Michelin, se encuentra conectado con el jardín a través de grandes ventanales. Allí los huéspedes se deleitan con las creaciones del galardonado chef Jordi Cruz en los dos comedores principales, y también en la terraza cuando el tiempo lo permite.
El ambiente es sereno, neutro, elegante. Los relucientes pisos de madera contrastan con una amplia gama de blancos que sobresale en mesas y muebles y es realzado por el juego de luces, algunas envolventes e indirectas y otras profundamente directas. Justo en el lugar donde Doña Madronita representaba toda clase de obras dramáticas –el teatro familiar, de 200 m2– se encuentra hoy la cocina, diseñada por Joaquim Casademont, donde la piedra negra y el acero inoxidable acaparan todo el protagonismo. En sí constituye uno de los atractivos del hotel, ya que los huéspedes pueden recorrerla sin interferir el trabajo de los jóvenes profesionales bajo el mando de Cruz, que desarrollan una cocina creativa y de rigurosa técnica.
Fotos © Marco Pastori
Una intelectual de la burguesía catalana fue la antigua dueña de la casa patrimonial que hoy alberga parte de este exclusivo recinto.
Un hotel boutique de Lujo de apenas 15 habitaciones, donde el color blanco lo ilumina todo y los interiores ostentan la firma de destacadas figuras de la arquitectura y el diseño como Antoni de Moragas, Josep Riu y Beatriz Cosials. Es ABaC Restaurant Hotel Monument, que deja entrever en cada detalle la razón por la que es galardonado.
Ubicado en Sarriá-Sant Gervasi, en la zona alta de Barcelona, a solo minutos de los puntos más importantes de la ciudad, su estructura contempla dos edificios integrados en el mismo jardín. El primero de ellos, restaurado por su valor patrimonial, perteneció a Doña Madronita Andreu, intelectual de la burguesía catalana nacida a fines del siglo XIX y casada con Max Klein, quien fuera embajador de Estados Unidos en España. El otro es un moderno pabellón de cristal cubierto de celosías de madera y que se fusiona perfectamente con el verde entorno.
El hotel ofrece un servicio personalizado, habitaciones insonorizadas, decoración vanguardista, Internet inalámbrica de alta velocidad, accesorios electrónicos Bang&Olufsen, bañera jacuzzi con cromoterapia y amenities de la marca Hermès, entre otros lujos como la reciente incorporación de dispositivos iPad en las suites, con lo que marcó tendencia. Asimismo, un sistema de control de accesos de última generación, con tarjetas de proximidad, garantiza a los huéspedes mayor seguridad e intimidad.
El Spa, otra de las placenteras distracciones, dispone de dos cabinas para tratamientos; piscina-jacuzzi con hamacas subacuáticas, hammam, camilla de agua con efecto olas de mar y temperatura regulable, y un bar de jugos e infusiones.
SINFONÍA DE BLANCOS FRENTE AL JARDÍN
La gastronomía es, sin duda, el eje central del proyecto. Su restaurante, galardonado con una estrella Michelin, se encuentra conectado con el jardín a través de grandes ventanales. Allí los huéspedes se deleitan con las creaciones del galardonado chef Jordi Cruz en los dos comedores principales, y también en la terraza cuando el tiempo lo permite.
El ambiente es sereno, neutro, elegante. Los relucientes pisos de madera contrastan con una amplia gama de blancos que sobresale en mesas y muebles y es realzado por el juego de luces, algunas envolventes e indirectas y otras profundamente directas. Justo en el lugar donde Doña Madronita representaba toda clase de obras dramáticas –el teatro familiar, de 200 m2– se encuentra hoy la cocina, diseñada por Joaquim Casademont, donde la piedra negra y el acero inoxidable acaparan todo el protagonismo. En sí constituye uno de los atractivos del hotel, ya que los huéspedes pueden recorrerla sin interferir el trabajo de los jóvenes profesionales bajo el mando de Cruz, que desarrollan una cocina creativa y de rigurosa técnica.
JOVEN PERO ERUDITO
Tártaro de champiñones, aguacate y buey de mar; foie-gras al vapor de bambú; cochinillo ibérico de Sierra Mayor y tatin de mango son algunas de las exquisiteces servidas en vajilla Versace y acompañadas de una extensa selección de vinos.
El artífice tras estas preparaciones es el joven chef que, previamente, ya había obtenido el reconocimiento de la Guía Michelin en el restaurante L’Angle y, anteriormente, en L’Estany Clar. Autor del libro “Cocina con lógica”, Cruz define su cocina como “evolutiva e inquieta, basada en el producto y donde tienen cabida tanto la creatividad y lo nuevo como la tradición”. Con 16 años de trayectoria, se ha empeñado en desarrollar un estilo muy propio y en aportar a este nuevo proyecto con una cocina singular y de alto nivel. “Mi implicación personal y profesional con ABaC es absoluta”, afirma.
MÚSICA, LUZ Y COLOR
Un antiguo laberinto de arcos y bóvedas cede hoy lugar a ABaC Lounge, un lugar cálido donde la música, la luz y el color cambian de forma controlada. Es allí donde los huéspedes pueden degustar un Isley, de fondos ahumados, o un tradicional Martini seco, en un ambiente que invita a relajarse y dejarse llevar por las melodías –a veces en vivo– en dos espacios claramente diferenciados.
El primero de ellos, con muros y cielos blancos, suelos de madera oscura y cálidos rincones donde arrellanarse en un Chesterfield, invita a tomar un trago en la barra de cristal, al resguardo de una cuidada iluminación que resalta por la secuencia de colores y emana desde los zócalos. En el segundo, las piedras y ladrillos de la construcción original se mantuvieron intactos y a la vista. Tres pequeños ambientes fueron pensados para disfrutar un habano. De día, la luz solar se filtra por unas lucarnas en el techo, llenando de calidez la estadía de los visitantes.
Tártaro de champiñones, aguacate y buey de mar; foie-gras al vapor de bambú; cochinillo ibérico de Sierra Mayor y tatin de mango son algunas de las exquisiteces servidas en vajilla Versace y acompañadas de una extensa selección de vinos.
El artífice tras estas preparaciones es el joven chef que, previamente, ya había obtenido el reconocimiento de la Guía Michelin en el restaurante L’Angle y, anteriormente, en L’Estany Clar. Autor del libro “Cocina con lógica”, Cruz define su cocina como “evolutiva e inquieta, basada en el producto y donde tienen cabida tanto la creatividad y lo nuevo como la tradición”. Con 16 años de trayectoria, se ha empeñado en desarrollar un estilo muy propio y en aportar a este nuevo proyecto con una cocina singular y de alto nivel. “Mi implicación personal y profesional con ABaC es absoluta”, afirma.
MÚSICA, LUZ Y COLOR
Un antiguo laberinto de arcos y bóvedas cede hoy lugar a ABaC Lounge, un lugar cálido donde la música, la luz y el color cambian de forma controlada. Es allí donde los huéspedes pueden degustar un Isley, de fondos ahumados, o un tradicional Martini seco, en un ambiente que invita a relajarse y dejarse llevar por las melodías –a veces en vivo– en dos espacios claramente diferenciados.
El primero de ellos, con muros y cielos blancos, suelos de madera oscura y cálidos rincones donde arrellanarse en un Chesterfield, invita a tomar un trago en la barra de cristal, al resguardo de una cuidada iluminación que resalta por la secuencia de colores y emana desde los zócalos. En el segundo, las piedras y ladrillos de la construcción original se mantuvieron intactos y a la vista. Tres pequeños ambientes fueron pensados para disfrutar un habano. De día, la luz solar se filtra por unas lucarnas en el techo, llenando de calidez la estadía de los visitantes.