Por Alejandro F. Fígola
Fotos Gentileza Royal Huisman
Tecnología de punta, espacios amplios, sistema de navegación inteligente e interiores de confort inusual, integran la lista de rasgos particulares de este yate pensado para diferentes condiciones de viento, como regatas o viajes de placer.
Con casi 58 metros de eslora, una velocidad de crucero de 12 nudos, diseño contemporáneo y espacios confortables, Twizzle es obra del proverbial astillero holandés Royal Huisman. Todo un reto en tecnología y diseño, este yate a vela de alta performance con todas las comodidades a bordo, tiene la capacidad de recorrer largas distancias manteniendo un rendimiento uniforme.
Desde el momento de su concepción, Twizzle representó un reto apasionante para el afamado astillero, sobre todo por las especificaciones en tecnología y diseño que detallaron sus dueños, al solicitar un yate a vela de desempeño desafiante y con todas las diversiones de uno a motor. Así, la arquitectura naval de la embarcación estuvo a cargo de Dubois Naval Architects y el diseño de los exteriores e interiores correspondió a Redman Whiteley Dixon Ltd., en sociedad con Todhunter Earle, que además participó en la decoración.
Dicha colaboración es garantía de un producto de primera línea, concebido para responder con acierto a diferentes condiciones de viento: regatas, charters, circunnavegaciones por el globo y viajes impulsados hasta por la más tenue brisa marina. Del mismo modo, es ideal para la práctica de actividades náuticas: buceo, exploración marina, kayak o esquí acuático. Todo gracias a su eficaz e inteligente sistema de velas.
EL PAISAJE EN LA DECORACIÓN
Líneas firmes y cubiertas, que en ningún momento obstruyen las vistas, destacan en los exteriores del yate. En los interiores, en tanto, un amplio estar con vista panorámica, dos camarotes matrimoniales, uno doble y una master suite con estudio, jacuzzi incorporado y conexión con el cockpit, además de un galley pensado para generar condiciones de autosuficiencia en viajes largos, están equipados con mobiliario minimalista, tonos claros y texturas cálidas. Priman los throws de cachemira, sedas pintadas a mano y linos egipcios. Por otra parte, la iluminación es sutil y complementaria con el ingreso de luz natural, que se cuela por los generosos ventanales, ventanas y lucarnas. Y es que el paisaje forma parte del interior de esta lujosa nave.
La tecnología es otro rasgo diferenciador del Twizzle. Además de una quilla retráctil que puede ser elevada o bajada a cualquier ángulo en cuestión de minutos, incluso a alta velocidad o durante la navegación, cuenta con sistemas de entretenimiento audiovisual, televisión y aire acondicionado controlados directamente desde un iPod Touch. Y, lo mejor de todo, quienes no logran desconectarse de sus celulares no tienen por qué sufrir: el yate tiene una red telefónica celular propia que mantiene en funcionamiento iPhones y Blackberries en cualquier latitud.
Y como el placer y la comodidad mandan en un yate de estas características, hasta para el capitán, el cockpit ostenta amplios paneles de cristal para una vista completa del entorno. Asimismo, la cubierta principal contempla reposeras, un barbecue y todas las amenities necesarias para compartir con los 12 viajeros que el barco puede albergar.
Es la tripulación de 11 miembros, escogida con esmero, la encargada de hacer que la experiencia a bordo sea inolvidable. Si a esto sumamos el carácter amigable con el medio ambiente de este “smart boat” –carbono neutral y con una emisión de ruido casi cero que le permite desplazarse por aguas protegidas– podemos decir que estamos frente a un ejemplar sin parangón en el mercado. El rango de precio de un chárter en Twizzle comienza en los USD 245,000 por semana.
Fotos Gentileza Royal Huisman
Tecnología de punta, espacios amplios, sistema de navegación inteligente e interiores de confort inusual, integran la lista de rasgos particulares de este yate pensado para diferentes condiciones de viento, como regatas o viajes de placer.
Con casi 58 metros de eslora, una velocidad de crucero de 12 nudos, diseño contemporáneo y espacios confortables, Twizzle es obra del proverbial astillero holandés Royal Huisman. Todo un reto en tecnología y diseño, este yate a vela de alta performance con todas las comodidades a bordo, tiene la capacidad de recorrer largas distancias manteniendo un rendimiento uniforme.
Desde el momento de su concepción, Twizzle representó un reto apasionante para el afamado astillero, sobre todo por las especificaciones en tecnología y diseño que detallaron sus dueños, al solicitar un yate a vela de desempeño desafiante y con todas las diversiones de uno a motor. Así, la arquitectura naval de la embarcación estuvo a cargo de Dubois Naval Architects y el diseño de los exteriores e interiores correspondió a Redman Whiteley Dixon Ltd., en sociedad con Todhunter Earle, que además participó en la decoración.
Dicha colaboración es garantía de un producto de primera línea, concebido para responder con acierto a diferentes condiciones de viento: regatas, charters, circunnavegaciones por el globo y viajes impulsados hasta por la más tenue brisa marina. Del mismo modo, es ideal para la práctica de actividades náuticas: buceo, exploración marina, kayak o esquí acuático. Todo gracias a su eficaz e inteligente sistema de velas.
EL PAISAJE EN LA DECORACIÓN
Líneas firmes y cubiertas, que en ningún momento obstruyen las vistas, destacan en los exteriores del yate. En los interiores, en tanto, un amplio estar con vista panorámica, dos camarotes matrimoniales, uno doble y una master suite con estudio, jacuzzi incorporado y conexión con el cockpit, además de un galley pensado para generar condiciones de autosuficiencia en viajes largos, están equipados con mobiliario minimalista, tonos claros y texturas cálidas. Priman los throws de cachemira, sedas pintadas a mano y linos egipcios. Por otra parte, la iluminación es sutil y complementaria con el ingreso de luz natural, que se cuela por los generosos ventanales, ventanas y lucarnas. Y es que el paisaje forma parte del interior de esta lujosa nave.
La tecnología es otro rasgo diferenciador del Twizzle. Además de una quilla retráctil que puede ser elevada o bajada a cualquier ángulo en cuestión de minutos, incluso a alta velocidad o durante la navegación, cuenta con sistemas de entretenimiento audiovisual, televisión y aire acondicionado controlados directamente desde un iPod Touch. Y, lo mejor de todo, quienes no logran desconectarse de sus celulares no tienen por qué sufrir: el yate tiene una red telefónica celular propia que mantiene en funcionamiento iPhones y Blackberries en cualquier latitud.
Y como el placer y la comodidad mandan en un yate de estas características, hasta para el capitán, el cockpit ostenta amplios paneles de cristal para una vista completa del entorno. Asimismo, la cubierta principal contempla reposeras, un barbecue y todas las amenities necesarias para compartir con los 12 viajeros que el barco puede albergar.
Es la tripulación de 11 miembros, escogida con esmero, la encargada de hacer que la experiencia a bordo sea inolvidable. Si a esto sumamos el carácter amigable con el medio ambiente de este “smart boat” –carbono neutral y con una emisión de ruido casi cero que le permite desplazarse por aguas protegidas– podemos decir que estamos frente a un ejemplar sin parangón en el mercado. El rango de precio de un chárter en Twizzle comienza en los USD 245,000 por semana.