Por Arq. Ernesto Barreda F. / Arq. Yves Besançon P.
Fotos © Iwan Baan / Vitra
El singular proyecto de la llamada "Home Collection" de Vitra, se encarga en el año 2006 a la oficina de Herzog y de Meuron, quienes con un especial acento en la escala humana y en la escala familiar, crean con mucha claridad y sobriedad, espacios superpuestos en cinco plantas que, simulando viviendas unifamiliares, exponen los diferentes ambientes de una casa.
Los frontones acristalados y las cubiertas de cada espacio a dos aguas, dan la imagen de una sencilla casa, como hay muchas, pero colocadas en forma de un juego, conformando una masa de varias de ellas que se ubican traslapadas de tal manera que permiten evidenciar aún más el desordenado pero expresivo conjunto.
El contraste entre los vanos y llenos, luz y negro, destacan con más fuerza la intención de dibujar una forma que sea reconocida como un home-space y un show-space.
Los espacios que evocan las proporciones de la vivienda, tenían que ser atractivos y convincentes para los jóvenes y exigentes clientes, que están hoy pensando en el verdadero valor del diseño como valor agregado al mobiliario y objetos de casa.
Con un intenso color pizarra en el exterior, los volúmenes superpuestos y traslapados, se conjugan utilizando el concepto de la cotidianeidad de la vida familiar para responder al encargo que debía resaltar una casa en situación normal y corriente, pero con el atractivo de una espacialidad vanguardista y sugerente.
La pila de volúmenes da cabida a un ascensor central que eleva al visitante hasta el lugar del inicio del recorrido en el cuarto nivel. Al salir se presenta una extraordinaria sucesión de visuales intencionalmente dirigidas a panorámicas vistas de la ciudad de Basilea, las colinas y el paisaje en general. La situación se hace muy diferente de día en la que los volúmenes son casi una osadía estructural sin racionalidad aparente, mostrándose muy luminosos en la noche, en que la oscuridad ambiente permite visualizar sólo los cristales iluminados que a la vez iluminan el exterior de Weil am Rhein, como un faro arquitectónico de prismas amontonados en un aparente capricho del autor.
La comunicación espacial interior se logra mediante las serpenteantes escaleras curvas, dispuestas de tal forma que permiten entender el espacio completo a medida que se recorre. El color blanco en todo el interior de muros, cielos y tabiques, además del pavimento de madera, son un fondo adecuado para destacar el mobiliario.
Es notable en este sentido que lo laberíntico del sistema de intersección de los volúmenes, permita a pesar de ello, recorrer sin problema, de principio a fin, los diferentes espacios, siempre descubriendo y encontrando nuevos ángulos y situaciones que hacen muy atractivo su reconocimiento y observación.
Fotos © Iwan Baan / Vitra
El singular proyecto de la llamada "Home Collection" de Vitra, se encarga en el año 2006 a la oficina de Herzog y de Meuron, quienes con un especial acento en la escala humana y en la escala familiar, crean con mucha claridad y sobriedad, espacios superpuestos en cinco plantas que, simulando viviendas unifamiliares, exponen los diferentes ambientes de una casa.
Los frontones acristalados y las cubiertas de cada espacio a dos aguas, dan la imagen de una sencilla casa, como hay muchas, pero colocadas en forma de un juego, conformando una masa de varias de ellas que se ubican traslapadas de tal manera que permiten evidenciar aún más el desordenado pero expresivo conjunto.
El contraste entre los vanos y llenos, luz y negro, destacan con más fuerza la intención de dibujar una forma que sea reconocida como un home-space y un show-space.
Los espacios que evocan las proporciones de la vivienda, tenían que ser atractivos y convincentes para los jóvenes y exigentes clientes, que están hoy pensando en el verdadero valor del diseño como valor agregado al mobiliario y objetos de casa.
Con un intenso color pizarra en el exterior, los volúmenes superpuestos y traslapados, se conjugan utilizando el concepto de la cotidianeidad de la vida familiar para responder al encargo que debía resaltar una casa en situación normal y corriente, pero con el atractivo de una espacialidad vanguardista y sugerente.
La pila de volúmenes da cabida a un ascensor central que eleva al visitante hasta el lugar del inicio del recorrido en el cuarto nivel. Al salir se presenta una extraordinaria sucesión de visuales intencionalmente dirigidas a panorámicas vistas de la ciudad de Basilea, las colinas y el paisaje en general. La situación se hace muy diferente de día en la que los volúmenes son casi una osadía estructural sin racionalidad aparente, mostrándose muy luminosos en la noche, en que la oscuridad ambiente permite visualizar sólo los cristales iluminados que a la vez iluminan el exterior de Weil am Rhein, como un faro arquitectónico de prismas amontonados en un aparente capricho del autor.
La comunicación espacial interior se logra mediante las serpenteantes escaleras curvas, dispuestas de tal forma que permiten entender el espacio completo a medida que se recorre. El color blanco en todo el interior de muros, cielos y tabiques, además del pavimento de madera, son un fondo adecuado para destacar el mobiliario.
Es notable en este sentido que lo laberíntico del sistema de intersección de los volúmenes, permita a pesar de ello, recorrer sin problema, de principio a fin, los diferentes espacios, siempre descubriendo y encontrando nuevos ángulos y situaciones que hacen muy atractivo su reconocimiento y observación.