Cuando la Torre Eiffel fue construida para la Exposición Mundial de 1889 en París, muchas personas indignadas desviaban la mirada de lo que veían como una horrible bestia de hierro . Pero la construcción, que una vez enojara a tantos parisinos, es hoy uno de los monumentos más reconocibles del mundo.
En la ciudad de Sevilla, España, el reto de convencer al público no era diferente, pero los materiales, la ingeniería y el reto fueron otros: iniciar la construcción de la estructura de madera más grande del mundo, encima de antiguas ruinas, crear un espacio acogedor para que todos disfruten y, al mismo tiempo, procurar la rehabilitación de una parte de la ciudad descuidada y vieja. Este fue el proyecto Metropol Parasol, conocido como Setas de la Encarnación.
En la ciudad de Sevilla, España, el reto de convencer al público no era diferente, pero los materiales, la ingeniería y el reto fueron otros: iniciar la construcción de la estructura de madera más grande del mundo, encima de antiguas ruinas, crear un espacio acogedor para que todos disfruten y, al mismo tiempo, procurar la rehabilitación de una parte de la ciudad descuidada y vieja. Este fue el proyecto Metropol Parasol, conocido como Setas de la Encarnación.
Tiene unas dimensiones de 150 x 70 metros y una altura aproximada de 26 metros. Fue el proyecto ganador del concurso abierto por el Ayuntamiento de Sevilla para llevar a cabo la rehabilitación de la plaza en la que se ubica; su diseñador fue el arquitecto berlinés Jürgen Mayer.
Sus instalaciones albergan un mercado tradicional y locales de restauración en la planta baja, una plaza de espectáculos, un mirador y el museo con restos arqueológicos Antiquarium en el subsuelo. Por su diseño vanguardista y funciones turísticas, se ha convertido en un icono del centro histórico de Sevilla, Andalucía. Su costo alcanzó los 86 millones de euros.
Sus instalaciones albergan un mercado tradicional y locales de restauración en la planta baja, una plaza de espectáculos, un mirador y el museo con restos arqueológicos Antiquarium en el subsuelo. Por su diseño vanguardista y funciones turísticas, se ha convertido en un icono del centro histórico de Sevilla, Andalucía. Su costo alcanzó los 86 millones de euros.