Textos María Teresa Solinas Ivy
Fotos © Gentileza Baccarat
Cristales, sofisticación, historia que se conjugan en la nueva sede de la Maison Baccarat en Moscú, ubicada en la que fuera la mayor farmacia de Europa. El nuevo proyecto cuenta con exclusivas colecciones en un espacio donde además se puede disfrutar de la exquisita tradición culinaria francesa, inspirada en los sabores de Rusia.
Fotos © Gentileza Baccarat
Cristales, sofisticación, historia que se conjugan en la nueva sede de la Maison Baccarat en Moscú, ubicada en la que fuera la mayor farmacia de Europa. El nuevo proyecto cuenta con exclusivas colecciones en un espacio donde además se puede disfrutar de la exquisita tradición culinaria francesa, inspirada en los sabores de Rusia.

Moscú tiene su propio palacio de cristal. Y es que desde Febrero, la elegancia y Lujo de Maison Baccarat llegaron para quedarse a la capital de Rusia. Pero no en cualquier lugar. Siguiendo la línea que ha definido a este proyecto, el diseñador Philippe Starck decidió instalarse nada menos que en la que fuera la mayor farmacia de Europa, instaurada por decreto del zar Pedro el Grande. La apuesta de Starck fue conservar su originalidad, dándole un toque de modernidad y audacia.
El arribo de Baccarat a esas latitudes no es casualidad, sino parte de la estrategia para entrar a nuevos mercados que calcen perfecto con el concepto que caracteriza a la marca. Y qué mejor que hacerlo en Moscú, una ciudad marcada históricamente por la relación especial entre los zares y su gusto por las piezas de cristal y la elegancia.
Un ejemplo de ello, es uno de los más emblemáticos conocedores de cristalería en la historia: el Zar Nicolás II, quien dejó un legado de candelabros, fuentes y juegos de cristalería, que hoy sirven como inspiración y referente para Baccarat.
Fue justamente el espíritu que envuelve a la nueva Maison Baccarat de Moscú, lo que llevó a Philippe Starck –diseñador de las nuevas líneas de productos– a decidirse por este lugar, cargado de historia y sofisticación.
En el interior del edificio, una de las piezas que más llama la atención es una araña de cristal, la cual revela el espíritu de la construcción. Junto a ella, además, se pueden encontrar exclusivas colecciones de joyería.
Pero eso no es todo. Quienes visiten la nueva sede de Maison Baccarat también pueden deleitarse en el restaurante Cristal Room Baccarat. Allí, en medio de una ambientación con chimenea y una original iluminación, se puede disfrutar de un menú galo, inspirado por los sabores de Rusia, creados especialmente por los reconocidos chefs franceses David Desseaux y David Hemmerlé. Es así que desde hoy, Maison Baccarat de Moscú será la parada obligada para quienes buscan sofisticación y colecciones de cristal exclusivas. Todo, en un entorno privilegiado, cargado de historia y elegancia por doquier.
El arribo de Baccarat a esas latitudes no es casualidad, sino parte de la estrategia para entrar a nuevos mercados que calcen perfecto con el concepto que caracteriza a la marca. Y qué mejor que hacerlo en Moscú, una ciudad marcada históricamente por la relación especial entre los zares y su gusto por las piezas de cristal y la elegancia.
Un ejemplo de ello, es uno de los más emblemáticos conocedores de cristalería en la historia: el Zar Nicolás II, quien dejó un legado de candelabros, fuentes y juegos de cristalería, que hoy sirven como inspiración y referente para Baccarat.
Fue justamente el espíritu que envuelve a la nueva Maison Baccarat de Moscú, lo que llevó a Philippe Starck –diseñador de las nuevas líneas de productos– a decidirse por este lugar, cargado de historia y sofisticación.
En el interior del edificio, una de las piezas que más llama la atención es una araña de cristal, la cual revela el espíritu de la construcción. Junto a ella, además, se pueden encontrar exclusivas colecciones de joyería.
Pero eso no es todo. Quienes visiten la nueva sede de Maison Baccarat también pueden deleitarse en el restaurante Cristal Room Baccarat. Allí, en medio de una ambientación con chimenea y una original iluminación, se puede disfrutar de un menú galo, inspirado por los sabores de Rusia, creados especialmente por los reconocidos chefs franceses David Desseaux y David Hemmerlé. Es así que desde hoy, Maison Baccarat de Moscú será la parada obligada para quienes buscan sofisticación y colecciones de cristal exclusivas. Todo, en un entorno privilegiado, cargado de historia y elegancia por doquier.