
Por Arq. Paula Gutiérrez Erlandsen
Foto © Flos. Gentileza 1/1 DESIGN
La idea SOFT Arquitecture concentra arquitectura, iluminación y decoración en un mismo elemento. No hay límites entre el diseño del cielo falso, el muro, la luz, el efecto a crear y la lámpara.
“¿Qué es un weekend?” Es la frase que pronuncia la abuela de la familia Crawley, en la serie inglesa Downton Abbey, cuando conoce al próximo heredero del castillo, un casi desconocido primo americano, de profesión abogado, que trabaja duro en la semana y descansa los “weekends”.
La misma abuela de mente victoriana se tapa los ojos con un abanico cuando entra al gran salón, recientemente iluminado con la “moderna” luz eléctrica, y reclama contra el encandilamiento que producen estas primeras ampolletas.
En arquitectura, la iluminación ha sido un signo inequívoco de los tiempos y de cómo la tecnología se ha incorporado en nuestro día a día, de manera que ya la tenemos bajo la piel: es impensable prescindir de ella.
Durante todo el siglo XX, la velocidad del cambio en las formas de vida ha sido vertiginosa, y de esta rapidez no se escapan los interiores donde pasamos las 24 horas de nuestros días: casas, lugares de trabajo, hoteles, restaurantes, cines, centros comerciales. Todo refleja los nuevos modos de vivir y relacionarnos.
En los espacios contemporáneos nunca queda muy claro dónde termina la arquitectura y dónde comienza la decoración. Y es que cuando el resultado es bueno, ese límite aparece completamente difuso. El juego de los volúmenes debe estar en coordinación perfecta con revestimientos, muebles, objetos de arte, ya que de otra manera podrían parecer dos mundos sobrepuestos peleándose el primer plano. Así, la armonía es lo que los une de manera indisoluble y uno de sus puentes permanentes y definitorios es la iluminación.
La reconocida empresa de iluminación FLOS, creada en los años 50 y una de las primeras en contratar diseñadores de calidad mundial como Achille Castiglioni en los 60, o Philippe Starck en los 80, hoy nos vuelve a sorprender con el concepto de SOFT Architecture.
La idea de SOFT Arquitecture concentra arquitectura, iluminación y decoración en un mismo elemento. No hay límites entre el diseño del cielo falso, el muro, la luz, el efecto a crear y la lámpara. Esta forma de concebir los espacios nos habla de los tiempos en que vivimos. Un elemento originalmente utilitario se transforma en objeto de arte y la luz pasa a ser decoración y fundamento del espacio arquitectónico, simultáneamente.
En lo concreto, SOFT Arquitecture son focos incorporados en cielos que producen formas cóncavas y convexas: cielos que caen o se levantan y que esconden puntos lumínicos. Dichos focos delimitan paredes, marcan columnas, decoran entradas. Son lámparas de pie o de sobremesa que salen y se despegan de los muros. Una fusión entre materia y energía, entre luz y arquitectura y, por la tecnología utilizada, respeto por la naturaleza y su equilibrio.
¿Qué pensarían de todo esto los nostálgicos personajes de Downton Abbey? Sin ninguna duda, serían los primeros en incorporar esta plataforma en sus casas hoy día, tal como en 1912 fueron pioneros usando la electricidad, el teléfono y las máquinas de escribir… Entre paréntesis, no es recomendable perderse la serie.
Foto © Flos. Gentileza 1/1 DESIGN
La idea SOFT Arquitecture concentra arquitectura, iluminación y decoración en un mismo elemento. No hay límites entre el diseño del cielo falso, el muro, la luz, el efecto a crear y la lámpara.
“¿Qué es un weekend?” Es la frase que pronuncia la abuela de la familia Crawley, en la serie inglesa Downton Abbey, cuando conoce al próximo heredero del castillo, un casi desconocido primo americano, de profesión abogado, que trabaja duro en la semana y descansa los “weekends”.
La misma abuela de mente victoriana se tapa los ojos con un abanico cuando entra al gran salón, recientemente iluminado con la “moderna” luz eléctrica, y reclama contra el encandilamiento que producen estas primeras ampolletas.
En arquitectura, la iluminación ha sido un signo inequívoco de los tiempos y de cómo la tecnología se ha incorporado en nuestro día a día, de manera que ya la tenemos bajo la piel: es impensable prescindir de ella.
Durante todo el siglo XX, la velocidad del cambio en las formas de vida ha sido vertiginosa, y de esta rapidez no se escapan los interiores donde pasamos las 24 horas de nuestros días: casas, lugares de trabajo, hoteles, restaurantes, cines, centros comerciales. Todo refleja los nuevos modos de vivir y relacionarnos.
En los espacios contemporáneos nunca queda muy claro dónde termina la arquitectura y dónde comienza la decoración. Y es que cuando el resultado es bueno, ese límite aparece completamente difuso. El juego de los volúmenes debe estar en coordinación perfecta con revestimientos, muebles, objetos de arte, ya que de otra manera podrían parecer dos mundos sobrepuestos peleándose el primer plano. Así, la armonía es lo que los une de manera indisoluble y uno de sus puentes permanentes y definitorios es la iluminación.
La reconocida empresa de iluminación FLOS, creada en los años 50 y una de las primeras en contratar diseñadores de calidad mundial como Achille Castiglioni en los 60, o Philippe Starck en los 80, hoy nos vuelve a sorprender con el concepto de SOFT Architecture.
La idea de SOFT Arquitecture concentra arquitectura, iluminación y decoración en un mismo elemento. No hay límites entre el diseño del cielo falso, el muro, la luz, el efecto a crear y la lámpara. Esta forma de concebir los espacios nos habla de los tiempos en que vivimos. Un elemento originalmente utilitario se transforma en objeto de arte y la luz pasa a ser decoración y fundamento del espacio arquitectónico, simultáneamente.
En lo concreto, SOFT Arquitecture son focos incorporados en cielos que producen formas cóncavas y convexas: cielos que caen o se levantan y que esconden puntos lumínicos. Dichos focos delimitan paredes, marcan columnas, decoran entradas. Son lámparas de pie o de sobremesa que salen y se despegan de los muros. Una fusión entre materia y energía, entre luz y arquitectura y, por la tecnología utilizada, respeto por la naturaleza y su equilibrio.
¿Qué pensarían de todo esto los nostálgicos personajes de Downton Abbey? Sin ninguna duda, serían los primeros en incorporar esta plataforma en sus casas hoy día, tal como en 1912 fueron pioneros usando la electricidad, el teléfono y las máquinas de escribir… Entre paréntesis, no es recomendable perderse la serie.