
Por Arq. Ernesto Barrera F. / Arq. Yves Besançon P.
Fotos © Arq. Yves Besançon P.
En una de las ciudades más bellas de Estados Unidos, la oficina de arquitectos Skidmore Owings & Merrill (SOM) llevó a cabo un ambicioso proyecto: el segundo rascacielos más alto del país. Ubicado en la ribera norte del río Chicago, en el número 401 de Wabash Avenue, éste alberga a un hotel y un condo hotel de la cadena The Ritz-Carlton: el Chicago Trump International Hotel & Tower.
Con sus 423 metros de altura –medidos desde el Riverwalk– y 98 pisos, el edificio, solamente superado por la Torre Sears –hoy Torre Willis–, se alza en un terreno que otrora ocupó el Chicago Sun-Times. El terreno en cuestión nace en el borde mismo del caudal –en los embarcaderos de los “water-taxis” y barcos que realizan el tour para admirar los edificios y rascacielos más emblemáticos de todos los tiempos–, y remata en Wabash Avenue. Este paralelogramo fue aprovechado por los arquitectos para plantear un edificio que se adaptara a esa forma.
Visible desde todos lados, no sólo por su altura sino porque se encuentra en el vértice de uno de los quiebres del río, el edificio tiene presencia desde la desembocadura del afluente al lago Michigan. A partir de su inauguración, en 2009, un sensible cambio se produjo en el skyline de la ciudad, sobre todo en el sector en el que se encuentra situado, ya que antiguos y modernos edificios de Chicago lo rodean hoy de manera secundaria.
En su arquitectura de curvas y escalonamientos, en los que el centro de gravedad de la torre se mantiene, cada escalón se desplaza hacia el noreste y el sudoeste dentro del paralelogramo de su planta. Sus esquinas se proyectaron curvas para dar pie a una forma que se difumine y mimetice con el cielo, distinguiéndose de todos los edificios vecinos.
Sin la simetría de las construcciones clásicas cercanas, como el Edificio Wrigley y el Chicago Tribune –de arquitectura gótico-moderna de principios del siglo pasado–, el Trump International se aleja de los paralelepípedos que lo rodean, siendo la disminución de la superficie de sus plantas menor en cada uno de los tres escalones que componen la torre, un factor diferenciador importante en un rascacielos de 423 metros de altura. Cada escalón está referido a un edificio existente en el contexto que lo rodea. Así, el primer retranqueo está a la altura de las cornisas del Wrigley, el segundo a la de las torres Marina y el Plaza Rio, y el tercero a la del IBM Plaza.
Revestidas con un reticulado muro cortina de aluminio plateado y cristales gris-azulosos con tinte de espejo, las fachadas continuas hasta el infinito están siempre ofreciendo reflejos y haciendo lucir al edificio de manera diferente dependiendo del ángulo en que se lo mire.
Por Avenida Wabash se produce el ingreso principal al Hotel The Ritz-Carlton y a los condominios con 340 habitaciones. El lobby del recinto, de doble altura, se abre hacia la avenida con una gran vidriera que muestra el interior en toda su magnitud, marcando su acceso con un gran canopy volado de cristal y acero inoxidable. Los ascensores nos conducen a las plantas superiores, deteniéndonos en el restaurante “Dieciséis”, ubicado en ese piso, también de doble altura, orientación noreste hacia el lago y espectacular vista enmarcada por la cercanía de los edificios Wrigley y el Chicago Tribune. Desde el piso 25 al 89 hay sólo departamentos de Lujo.
La superficie total construida es de 240,000 m2 y los estacionamientos, como en todo edificio de Chicago, dada la proximidad de las napas de agua, se ubican a un costado en los pisos inferiores, en este caso en el ala noreste del conjunto. El edificio constituye un icono dentro de su barrio, el River North Gallery District, rodeado de galerías de arte.
Donald Trump encomendó este proyecto a SOM luego de seleccionar a esta oficina de arquitectos entre otras dos más: LOHAN & Associates y KHON PEDERSEN & FOX. Su idea era construir el rascacielos más alto del mundo, idea de la que desistió luego del ataque a las Torres Gemelas de New York. Tras sortear varios problemas con la comunidad y las autoridades, la construcción se inició el año 2005. En 2008 el hotel abrió sus puertas, cuando aún no se alcanzaba la altura total del edificio. El proyecto completo fue entregado en 2009. Este joven rascacielos de SOM se suma a la larga lista de proyectos de esta oficina de renombre mundial, como son el Burj Khalifa en Dubai, el Jin Mao en Shanghai, el One World Trade Center de New York, entre otras obras repartidas por el mundo, incluido Santiago de Chile, donde realizaron el Edificio Birmann 24 asociados con ABWB y Arquitectos Asociados.
Fotos © Arq. Yves Besançon P.
En una de las ciudades más bellas de Estados Unidos, la oficina de arquitectos Skidmore Owings & Merrill (SOM) llevó a cabo un ambicioso proyecto: el segundo rascacielos más alto del país. Ubicado en la ribera norte del río Chicago, en el número 401 de Wabash Avenue, éste alberga a un hotel y un condo hotel de la cadena The Ritz-Carlton: el Chicago Trump International Hotel & Tower.
Con sus 423 metros de altura –medidos desde el Riverwalk– y 98 pisos, el edificio, solamente superado por la Torre Sears –hoy Torre Willis–, se alza en un terreno que otrora ocupó el Chicago Sun-Times. El terreno en cuestión nace en el borde mismo del caudal –en los embarcaderos de los “water-taxis” y barcos que realizan el tour para admirar los edificios y rascacielos más emblemáticos de todos los tiempos–, y remata en Wabash Avenue. Este paralelogramo fue aprovechado por los arquitectos para plantear un edificio que se adaptara a esa forma.
Visible desde todos lados, no sólo por su altura sino porque se encuentra en el vértice de uno de los quiebres del río, el edificio tiene presencia desde la desembocadura del afluente al lago Michigan. A partir de su inauguración, en 2009, un sensible cambio se produjo en el skyline de la ciudad, sobre todo en el sector en el que se encuentra situado, ya que antiguos y modernos edificios de Chicago lo rodean hoy de manera secundaria.
En su arquitectura de curvas y escalonamientos, en los que el centro de gravedad de la torre se mantiene, cada escalón se desplaza hacia el noreste y el sudoeste dentro del paralelogramo de su planta. Sus esquinas se proyectaron curvas para dar pie a una forma que se difumine y mimetice con el cielo, distinguiéndose de todos los edificios vecinos.
Sin la simetría de las construcciones clásicas cercanas, como el Edificio Wrigley y el Chicago Tribune –de arquitectura gótico-moderna de principios del siglo pasado–, el Trump International se aleja de los paralelepípedos que lo rodean, siendo la disminución de la superficie de sus plantas menor en cada uno de los tres escalones que componen la torre, un factor diferenciador importante en un rascacielos de 423 metros de altura. Cada escalón está referido a un edificio existente en el contexto que lo rodea. Así, el primer retranqueo está a la altura de las cornisas del Wrigley, el segundo a la de las torres Marina y el Plaza Rio, y el tercero a la del IBM Plaza.
Revestidas con un reticulado muro cortina de aluminio plateado y cristales gris-azulosos con tinte de espejo, las fachadas continuas hasta el infinito están siempre ofreciendo reflejos y haciendo lucir al edificio de manera diferente dependiendo del ángulo en que se lo mire.
Por Avenida Wabash se produce el ingreso principal al Hotel The Ritz-Carlton y a los condominios con 340 habitaciones. El lobby del recinto, de doble altura, se abre hacia la avenida con una gran vidriera que muestra el interior en toda su magnitud, marcando su acceso con un gran canopy volado de cristal y acero inoxidable. Los ascensores nos conducen a las plantas superiores, deteniéndonos en el restaurante “Dieciséis”, ubicado en ese piso, también de doble altura, orientación noreste hacia el lago y espectacular vista enmarcada por la cercanía de los edificios Wrigley y el Chicago Tribune. Desde el piso 25 al 89 hay sólo departamentos de Lujo.
La superficie total construida es de 240,000 m2 y los estacionamientos, como en todo edificio de Chicago, dada la proximidad de las napas de agua, se ubican a un costado en los pisos inferiores, en este caso en el ala noreste del conjunto. El edificio constituye un icono dentro de su barrio, el River North Gallery District, rodeado de galerías de arte.
Donald Trump encomendó este proyecto a SOM luego de seleccionar a esta oficina de arquitectos entre otras dos más: LOHAN & Associates y KHON PEDERSEN & FOX. Su idea era construir el rascacielos más alto del mundo, idea de la que desistió luego del ataque a las Torres Gemelas de New York. Tras sortear varios problemas con la comunidad y las autoridades, la construcción se inició el año 2005. En 2008 el hotel abrió sus puertas, cuando aún no se alcanzaba la altura total del edificio. El proyecto completo fue entregado en 2009. Este joven rascacielos de SOM se suma a la larga lista de proyectos de esta oficina de renombre mundial, como son el Burj Khalifa en Dubai, el Jin Mao en Shanghai, el One World Trade Center de New York, entre otras obras repartidas por el mundo, incluido Santiago de Chile, donde realizaron el Edificio Birmann 24 asociados con ABWB y Arquitectos Asociados.