Por Arq. Ernesto Barreda F. / Arq. Yves Besançon P.
En el año 1997, en el barrio financiero de Pudong, de la ciudad de Shanghai, se colocó en solemne ceremonia, la primera piedra de este proyecto que consideraba construir el rascacielos más alto de China.
Los Arquitectos Kohn Pedersen y Fox –KPF–, fueron los seleccionados para la realización de este emblemático proyecto que se instalaría a un costado del edificio Jin Mao de SOM, constituyéndose en el símbolo de la vanguardia y de la modernidad China, tanto para el mundo occidental como para el continente asiático.
El proyecto no estuvo ajeno a los vaivenes de la economía y, más concretamente, de la crisis asiática de los noventa quedando detenido hasta el año 2003, cuando se reanudó con importantes modificaciones que apuntaron a darle una mayor altura, llegando a 492 metros con 101 pisos habitables. Se inauguró en el año 2008 luego de un costo de 1,200 millones de dólares y de cortos 14 meses de construcción, lo cual se logró gracias a que se trabajó sin descanso durante las 24 horas del día y los 7 días de la semana.
De base cuadrada, y estando en el tercer lugar de los rascacielos más altos del mundo, alcanzó los 492 metros de altura luego de una modificación hecha durante la detención del proyecto. Fue entonces cuando los Arquitectos, a petición de MORI, su mandante, con la participación del Ingeniero estructural, Leslie E. Robertson, lograron aumentar 32 metros la altura original diseñada por KPF en 1993. Con 382,000m2, el edificio ícono de China, obtuvo el premio del CTBUH, (Council on Tall Building and Urban Habitat), como el mejor rascacielos del año (Best Tall Building). Durante la ceremonia de premiación en Noviembre del año 2008 en Chicago –en la sede del Illinois Institute of Technology, que se celebra todos los años y en la que participan Arquitectos e Ingenieros de todo el mundo– a donde asistí invitado por el Consejo, tuve la oportunidad de conversar con los Arquitectos del edificio que estuvieron allí presentes. El vértigo de las alturas no produce problemas en el mundo desarrollado, y los mejores son premiados sin pudor de ninguna especie.
La torre de características únicas y singulares, es un volumen que nace sobre una base cuadrada de 47 por 47 metros y se alza sobre el sky-line de Shanghai, en medio de la bruma que cubre la ciudad en forma casi permanente, a pesar de lo cual se distingue a lo lejos no tan sólo por su altura sino que por el remate superior del vacío rectangular que, en su parte más alta, alberga el mirador a mayor altura del mundo. Esta coronación le ha valido el apelativo de “el Destapador de Botellas” lo que además fue aprovechado por el marketing del edificio para vender destapadores de acero con la forma esquemática y depurada del edificio.
En el primer nivel, tres accesos, diseñados por sus diferentes caras, permiten separar a los distintos usuarios. El acceso al primer lobby del Hotel Hyatt Park es recatado y muy elegante, con pavimentos de madera, finas molduras y mobiliario lacado concho de vino, al más puro estilo chino. Este acceso está ubicado por un costado y acompañado de un muro y marquesina asimétrica. Al mirador se accede por detrás hacia un piso inferior en donde comienza el ascenso por los ascensores expresos. Los pisos superiores, que por la forma del prisma son todos diferentes, se componen de 70 pisos de oficinas y 15 pisos de Hotel, además de dos niveles (4° y 5°) para conferencias y los tres primeros pisos para comercio.
El edificio es un prisma que parte como un cuadrado y a medida que se eleva, las aristas opuestas se separan en cuatro, hasta llegar a la cúspide en forma dramática, juntándose en la diagonal de la planta de la base sobre las otras dos aristas, conformando un remate aplanado a lo largo de esta diagonal. No cabe duda que su forma es única y original, cuyo volumen está revestido con una piel de cristal y aluminio que se ve interrumpida siete veces en su altura por los pisos y refugios mecánicos de la torre y que se expresan como canterías horizontales que marcan un ritmo cada doce pisos interrumpiendo la monotonía de los cristales de la envolvente. El vacío rectangular superior, que originalmente fue circular, otorga por fin el remate que todo edificio chino debe tener y le permite resistir en mejor forma la energía de los vientos que enfrenta Shanghai. Su arquitectura, de pureza y simplicidad geométricas propias, hace que las diferentes vistas de sus fachadas lo presenten siempre distinto y atrayente.
Kohn Pedersen y Fox e Irie Miyake –los Arquitectos– merecen los buenos comentarios que ha suscitado este proyecto. La pregunta es si se trata verdaderamente de un proyecto de Arquitectura o se enmarca más bien en la Arquitectura objeto, podríamos decir que de ambas hay elementos en este gran edificio.
En el año 1997, en el barrio financiero de Pudong, de la ciudad de Shanghai, se colocó en solemne ceremonia, la primera piedra de este proyecto que consideraba construir el rascacielos más alto de China.
Los Arquitectos Kohn Pedersen y Fox –KPF–, fueron los seleccionados para la realización de este emblemático proyecto que se instalaría a un costado del edificio Jin Mao de SOM, constituyéndose en el símbolo de la vanguardia y de la modernidad China, tanto para el mundo occidental como para el continente asiático.
El proyecto no estuvo ajeno a los vaivenes de la economía y, más concretamente, de la crisis asiática de los noventa quedando detenido hasta el año 2003, cuando se reanudó con importantes modificaciones que apuntaron a darle una mayor altura, llegando a 492 metros con 101 pisos habitables. Se inauguró en el año 2008 luego de un costo de 1,200 millones de dólares y de cortos 14 meses de construcción, lo cual se logró gracias a que se trabajó sin descanso durante las 24 horas del día y los 7 días de la semana.
De base cuadrada, y estando en el tercer lugar de los rascacielos más altos del mundo, alcanzó los 492 metros de altura luego de una modificación hecha durante la detención del proyecto. Fue entonces cuando los Arquitectos, a petición de MORI, su mandante, con la participación del Ingeniero estructural, Leslie E. Robertson, lograron aumentar 32 metros la altura original diseñada por KPF en 1993. Con 382,000m2, el edificio ícono de China, obtuvo el premio del CTBUH, (Council on Tall Building and Urban Habitat), como el mejor rascacielos del año (Best Tall Building). Durante la ceremonia de premiación en Noviembre del año 2008 en Chicago –en la sede del Illinois Institute of Technology, que se celebra todos los años y en la que participan Arquitectos e Ingenieros de todo el mundo– a donde asistí invitado por el Consejo, tuve la oportunidad de conversar con los Arquitectos del edificio que estuvieron allí presentes. El vértigo de las alturas no produce problemas en el mundo desarrollado, y los mejores son premiados sin pudor de ninguna especie.
La torre de características únicas y singulares, es un volumen que nace sobre una base cuadrada de 47 por 47 metros y se alza sobre el sky-line de Shanghai, en medio de la bruma que cubre la ciudad en forma casi permanente, a pesar de lo cual se distingue a lo lejos no tan sólo por su altura sino que por el remate superior del vacío rectangular que, en su parte más alta, alberga el mirador a mayor altura del mundo. Esta coronación le ha valido el apelativo de “el Destapador de Botellas” lo que además fue aprovechado por el marketing del edificio para vender destapadores de acero con la forma esquemática y depurada del edificio.
En el primer nivel, tres accesos, diseñados por sus diferentes caras, permiten separar a los distintos usuarios. El acceso al primer lobby del Hotel Hyatt Park es recatado y muy elegante, con pavimentos de madera, finas molduras y mobiliario lacado concho de vino, al más puro estilo chino. Este acceso está ubicado por un costado y acompañado de un muro y marquesina asimétrica. Al mirador se accede por detrás hacia un piso inferior en donde comienza el ascenso por los ascensores expresos. Los pisos superiores, que por la forma del prisma son todos diferentes, se componen de 70 pisos de oficinas y 15 pisos de Hotel, además de dos niveles (4° y 5°) para conferencias y los tres primeros pisos para comercio.
El edificio es un prisma que parte como un cuadrado y a medida que se eleva, las aristas opuestas se separan en cuatro, hasta llegar a la cúspide en forma dramática, juntándose en la diagonal de la planta de la base sobre las otras dos aristas, conformando un remate aplanado a lo largo de esta diagonal. No cabe duda que su forma es única y original, cuyo volumen está revestido con una piel de cristal y aluminio que se ve interrumpida siete veces en su altura por los pisos y refugios mecánicos de la torre y que se expresan como canterías horizontales que marcan un ritmo cada doce pisos interrumpiendo la monotonía de los cristales de la envolvente. El vacío rectangular superior, que originalmente fue circular, otorga por fin el remate que todo edificio chino debe tener y le permite resistir en mejor forma la energía de los vientos que enfrenta Shanghai. Su arquitectura, de pureza y simplicidad geométricas propias, hace que las diferentes vistas de sus fachadas lo presenten siempre distinto y atrayente.
Kohn Pedersen y Fox e Irie Miyake –los Arquitectos– merecen los buenos comentarios que ha suscitado este proyecto. La pregunta es si se trata verdaderamente de un proyecto de Arquitectura o se enmarca más bien en la Arquitectura objeto, podríamos decir que de ambas hay elementos en este gran edificio.