
Por Alejandro F. Fígola
Fotos © Anita Schaefli
En apariencia son unas colleras de diseño, conformadas por 49 partes, en oro blanco y rosa, que unidas forman una pulsera. Tras ellas, todo un concepto pacifista y una invitación global al desarme.
Combatir la devastación causada por el uso ilegal de rifles en las zonas en guerra de África, ha llevado a Peter Thum, fundador de Ethos Water y parte de la Fundación Starbucks, a lanzar una nueva iniciativa comercial-social. Esta vez no va orientada a facilitar el acceso a agua limpia en los países donde es escasa –el principio de Ethos Water–, sino a transformar las piezas de los rifles AK47, incautados en el continente negro, en sofisticadas e innovadoras piezas de joyería, así como relojes y accesorios.
Con base en New York, Fonderie 47 ya ha destruido unos seis mil rifles de asalto, muchos de los cuales estuvieron en poder de niños muy pequeños. Fue esta chocante visión la que llevó a Thum y a su socio John Zapolski a generar una instancia llamativa y simbólica: convertir la violencia en arte.
En colaboración con genios del diseño y la manufactura artesanal como el joyero neoyorquino Philip Crangi y el diseñador suizo Roland Iten, ya ha lanzado diversas piezas de colección en ediciones limitadas. Con este último se creó una hebilla de cinturón, compleja y mecanizada, como todas las piezas masculinas de su concepción.
Ahora van por más. Nuevamente en conjunto, idearon una serie, también limitada, de colleras y anillos para hombres, y también pendientes para mujeres. Las ventas de cada ítem van destinadas a la destrucción de armas de fuego en África. “Estas piezas no son solamente bellas, sino que tienen un impacto real en el mundo”, asegura Thum.
En acero inoxidable, oro blanco y rosa de 18 quilates, y conformadas por 49 partes articuladas mecánicamente con la pericia de Roland Iten –que aplica a sus creaciones las complejidades de la relojería–, las colleras fabricadas en los talleres de Ginebra son apenas 20 y tienen un valor aproximado de USD35 000. La venta de un par financia la destrucción de 100 armas de fuego.
Fotos © Anita Schaefli
En apariencia son unas colleras de diseño, conformadas por 49 partes, en oro blanco y rosa, que unidas forman una pulsera. Tras ellas, todo un concepto pacifista y una invitación global al desarme.
Combatir la devastación causada por el uso ilegal de rifles en las zonas en guerra de África, ha llevado a Peter Thum, fundador de Ethos Water y parte de la Fundación Starbucks, a lanzar una nueva iniciativa comercial-social. Esta vez no va orientada a facilitar el acceso a agua limpia en los países donde es escasa –el principio de Ethos Water–, sino a transformar las piezas de los rifles AK47, incautados en el continente negro, en sofisticadas e innovadoras piezas de joyería, así como relojes y accesorios.
Con base en New York, Fonderie 47 ya ha destruido unos seis mil rifles de asalto, muchos de los cuales estuvieron en poder de niños muy pequeños. Fue esta chocante visión la que llevó a Thum y a su socio John Zapolski a generar una instancia llamativa y simbólica: convertir la violencia en arte.
En colaboración con genios del diseño y la manufactura artesanal como el joyero neoyorquino Philip Crangi y el diseñador suizo Roland Iten, ya ha lanzado diversas piezas de colección en ediciones limitadas. Con este último se creó una hebilla de cinturón, compleja y mecanizada, como todas las piezas masculinas de su concepción.
Ahora van por más. Nuevamente en conjunto, idearon una serie, también limitada, de colleras y anillos para hombres, y también pendientes para mujeres. Las ventas de cada ítem van destinadas a la destrucción de armas de fuego en África. “Estas piezas no son solamente bellas, sino que tienen un impacto real en el mundo”, asegura Thum.
En acero inoxidable, oro blanco y rosa de 18 quilates, y conformadas por 49 partes articuladas mecánicamente con la pericia de Roland Iten –que aplica a sus creaciones las complejidades de la relojería–, las colleras fabricadas en los talleres de Ginebra son apenas 20 y tienen un valor aproximado de USD35 000. La venta de un par financia la destrucción de 100 armas de fuego.